El relato de una novia que pospuso su boda
Hoy te escribo a ti, que pasaste por lo mismo que yo.
Que tuviste que guardar tu vestido planchado y listo, que moviste cielo mar y tierra y que tuviste horas de estrés decidiendo, ¿la pospongo o no?
No es que sea una desgracia, sé que hay cosas peores en el mundo y que a pesar de todo me considero afortunada y privilegiada, pero no puedo decir que no me dolió.
Planeas este día con tanta ilusión y sobre todo tiempo, que esperas que las horas corran para poder casarte y cuando finalmente crees que va a pasar, pues pasa todo menos eso.
He recibido mil mensajes de familia y amigos dándome palabras de aliento y agradezco en el alma tener a mi alrededor a tanta gente que me quiere, pero a pesar de ello, creo que nada (ni a ti tampoco) te va a consolar más que escuchar las palabras de alguien que vivió en carne propia lo mismo que tú: posponer tu boda.
Agradece el cariño que hay a tu alrededor, siéntete bien de haber tomado la mejor decisión y haber elegido a los proveedores correctos que hicieron todo lo posible por ti, por ayudar y por tratar de que estuvieras tranquila. Agradece tener al amor de tu vida junto a ti, apoyándote y sosteniendo tu mano durante todo este tiempo.
Pero, si quieres llorar, llora, si estás enojada, permítete sentirlo, no dejes que nada ni nadie reprima tus sentimientos y se vale, se vale mucho estar frustrada.
Hoy me siento capaz de escribir esto sin llorar, aunque de repente se me haga un nudo en la garganta, pero es que hace unos días simplemente me hubiera enojado mucho la idea de tener que compartir lo que siento.
Hoy lo hago por ti, porque seguramente tienes muchas más cosas que decir y debes hacerlo, no te sientas sola, porque no lo estás, muchas más estamos pasando por lo mismo que tú y a pesar de la empatía de nuestros seres queridos, nadie te va a entender tanto como yo, ni nadie me va a entender como tú.
Y creo, que en lo que estamos de acuerdo, es que, a pesar de la frustración y tristeza, debemos estar orgullosas de nosotras mismas, porque, aunque fue muy difícil posponer uno de los días más importantes de nuestra vida, tuvimos la madurez mental de decidir cuidar a los nuestros y ese agradecimiento hoy se ve reflejado en todos los mensajes de aliento y amor.
No fue una decisión fácil lo sé, a mi me tomó una semana y probablemente a ti menos días o un mes, etc. y ese tiempo fue el peor de todos, te apuesto a que nunca habías vivido tanto estrés en tu vida, ni durante este año de planeación. Y que sentimiento ese tan extraño cuando tomaste la decisión, ¿no? Entre paz, frustración, liberación y otros cuantos sentimientos encontrados más.
Este es un pequeño desahogo y el relato de una novia que pospuso su boda, o más bien a la que se la pospusieron.
¡Ánimo y tranquila, porque ese día va a llegar! Con más emoción, con más nervios y mucha, pero mucha más ilusión.